Respuesta :

Poemas de 7 estrofas 

Los poemas están compuestos por estrofas que siguen un ritmo determinado y fijan la tradición poética, a su vez están formados por versos y según su numero de versos el poema puede presentarse dentro de los diferentes poemas que existen como lo son el terceto, lira, silva entre otros. 

El Miedo

Todos me piden que dé saltos,
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.

Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?

Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.

Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.

Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.

Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo.

                                                                                Pablo Neruda

Creo en mi corazón

Creo en mi corazón, ramo de aromas
Que mi Señor como una fronda agita,
Perfumando de amor toda la vida
Y haciéndola bendita.

Creo en mi corazón, el que no pide
Nada porque es capaz del sumo ensueño
Y abraza en el ensueño lo creado:
¡Inmenso dueño!

Creo en mi corazón, que cuando canta
Hunde en el Dios profundo el franco herido,
Para subir de la piscina viva
Recién nacido.

Creo en mi corazón, el que tremola
Porque lo hizo el que turbó los mares,
Y en el que da la vida orquestaciones
Como de pleamares.

Creo en mi corazón, el que yo exprimo
Para teñir el lienzo de la vida
De rojez o palor y que le ha hecho
Veste encendida.

Creo en mi corazón, el que en la siembra
Por el surco sin fin fue acrecentando.
Creo en mi corazón, siempre vertido,
Pero nunca vaciado.

Creo en mi corazón, en que el gusano
No ha de morder, pues mellará a la muerte;
Creo en mi corazón, el reclinado
En el pecho de Dios terrible y fuerte.                                                                                                                                                                    Gabriela Mistral